Comentario
Los ingleses utilizan el término "perpendicular style" para definir la arquitectura que se hace en su país entre 1335 y 1485. No quiere decir que entonces desaparezca la tradición gótica, sino que se prolonga en el período Tudor hasta bien avanzado el siglo XVI, incorporando elementos procedentes del renacimiento que, de todos modos, no se adaptan por completo al lenguaje propio hasta fechas próximas al 1600.Aun simplificando en exceso puede decirse que el nombre de perpendicular conviene a la arquitectura inglesa de este período por el hecho de conceder un predominio a la línea recta y perpendicular al suelo en las tracerías de ventanas, que en otros lugares se complican con curvas y contracurvas con el fin de obtener un cierto efecto de severidad contraria a la previa marcha que la arquitectura había llevado en el país. Al mismo tiempo, se tiende a proporcionar una gran luz al interior de los edificios, favoreciendo las estructuras diáfanas de enormes ventanales. Como contraste, las cubiertas de estos edificios se cubren con bóvedas de una enorme complejidad entre las que están las llamadas en abanico (fan vaulting) típicamente inglesas. En muchos casos, las bóvedas se hacen de madera, en vez de piedra, que plantean menos problemas tectónicos. Algunos creen que este período es el más personal e interesante del gótico inglés.Por otra parte, al margen de que los estudiosos han marcado etapas en su evolución, se detecta una actividad constructiva muy amplia en el tiempo que va desde su inicio hasta comienzos del siglo XV, para hablar de una etapa siguiente menos activa, consecuencia de la difícil situación que atraviesa el país, para volver a un relanzamiento a fines del XV que enlaza con el Tudor.Aunque los orígenes del perpendicular se quieren situar en Londres o lugares cercanos, es difícil ser muy firmes en ello, porque únicamente se trabaja con referencias a dibujos, debido al antiguo incendio que prácticamente destruyó el centro de la capital. De lo que no hay duda es de la importancia de Gloucester en el proceso. La entonces abadía acogió el cuerpo del rey Eduardo Il asesinado en 1327, pese a presiones políticas en contra. El curso de los acontecimientos, que llevó finalmente al trono a su hijo Eduardo III, resultó altamente beneficioso para el lugar. El nuevo rey favoreció claramente a la abadía, que inició nuevas construcciones. Entre ellas, remodeló totalmente la cabecera elevándola por encima de la nave y abriendo grandes ventanales en la zona alta (1337-1367). Sobre todo destaca el muro oriental completamente vacío y luego cerrado con un inmenso ventanal de severa traza que se cubrió con vidrieras, proporcionando mucha luz a toda la capilla. Finalmente, se volteó una bóveda de extraordinaria complejidad de diseño, multiplicidad de nervios y adornos escultóricos importantes incorporados a ellos. Poco tiempo después era el claustro la nueva empresa. Se trata de una obra delirante donde el contraste con bóvedas de abanico muy abiertas que dejan entre ellas rombos que a su vez se cubren con una superficial trama de líneas. En conjunto, las bóvedas son muy planas, más de lo que parecería normal.Entre 1360 y 1400 trabaja Henry Yeveley que para algunos es el más importante de los arquitectos ingleses del período. Existe bastante documentación sobre él. En 1357 trabajaba al servicio del Príncipe Negro, lo cual quiere decir que estaba muy cerca de la monarquía. No es el único del que existe mención y obras. Se ha creído que cuando en 1378 el obispo de Canterbury, Sudbury, decide derribar las naves antiguas de la catedral y levantar otras nuevas confía el proyecto a Yeveley, aunque esto no está documentado. La muerte del obispo paró la obra que se continuará ya en los años noventa. Interiormente es una construcción de grandes dimensiones, donde la diferencia de altura entre las naves es pequeña, lo que no impide la existencia de dos pisos en la nave central por encima de las arquerías de separación. La cubierta es relativamente simple, comparada con ejemplos anteriores. También intervino en obras menores en Westminster.Durante esta época se llevaron a cabo otras obras de menor empeño y gran efecto, utilizando el sistema comentado de grandes ventanales, escasas curvas, líneas verticales y bóvedas de cierta complejidad. Como se decía antes, muchas veces la bóveda se hizo de madera destacando algunos maestros en este tipo de trabajo, como sucede en la colegiata de Arundel en la que parece haber intervenido Yeveley y que cubre la nave de su cabecera con una de estas construcciones de madera muy compleja, obra de Hugh Herland (hacia 1380). Entre las construcciones destacan con frecuencia ciertas cabeceras dedicadas a la Virgen (lady Chapel), como en la Christ Church, hacia 1395. Más adelante, es excelente St. Mary's Church, en Warwick. Entre las grandes fachadas del período destaca Beverley Minster (h. 1400-1430).Comparable a la remodelación de Canterbury es la de las naves de la catedral de Winchester que dirige en el paso de siglo William Wynford.En las ciudades universitarias de Oxford y Cambridge menudean también las construcciones de distinta índole, incluyendo iglesias parroquiales, colleges, etc. La Divinity School de Oxford es una de estas construcciones ornamentadas. Pero la obra maestra y una de las máximas del gótico inglés es la King's College Chapel. La primera campaña transcurre entre 1443 y 1461. Las cubiertas serán bastante posteriores, de la época Tudor. También es entonces cuando se cubre con vidrieras que constituyen uno de los conjuntos más importantes hoy conservados en Inglaterra. Se supone que el principal arquitecto responsable fue Reginald Ely. Forma parte de una de estas instituciones de enseñanza promocionadas por el rey. Es un larguísimo rectángulo con cabecera rectangular no destacada de ninguna manera. Los enormes contrafuertes que jalonan la nave sirven de cobijo a capillas de escasa profundidad y altura. Por encima de ellas se abren unos gigantescos ventanales que alcanzan el inicio de las bóvedas. Estas grandes aberturas lumínicas se hacen aún mayores en la cabecera y los pies. Así concebida es un espacio muy luminoso, que se percibe en su totalidad desde los pies (al margen de la molesta construcción posterior del órgano). La fuerte impresión visual que se recibe al entrar se convierte en estupefacción al levantar la vista hacia el abovedamiento prodigioso algo posterior.En esta línea de obras destacadas en las que la cubierta produce el mismo asombro renovado estaría la capilla de San Jorge en Windsor Castle (Castillo-Palacio de Windsor), también abovedada ya en el siglo XVI por William Vertue. Finalmente, con posterioridad a la etapa perpendicular, Enrique VI abre en la cabecera de la abadía de Westminster una nueva capilla funeraria para él y la reina, sobria relativamente en el exterior y transfigurada en el interior por las bóvedas de pinjantes de grandes dimensiones.